Este martes pasado, se celebró en muchas partes de España el entierro de la sardina, tradición unida al final del carnaval y de origen un tanto confuso.
El posible origen que más nos gusta, cuenta que el rey Carlos III mandó llevar sardinas a Madrid para celebrar el final del carnaval y promover el consumo de pescado en Cuaresma. Se preparó una fiesta, pero al abrir los cajones con las sardinas, éstas se habían podrido en el trayecto y hubo que enterrarlas.
Lejos de aguar la fiesta, la hizo todavía más animada, trastocando la idea inicial y convirtiéndose en una tradición.
Como nos encanta esta historia y promovemos el consumo de pescado, hemos querido desenterrar a la sardina con los pedidos de esta semana, regalando la única sardina que está buena en esta época, la sardina en conserva.
Esta lata de sardinillas en aceite de oliva es de una de las conserveras que mejor trabaja la sardinilla, Lago Paganini.
