Es curioso como en la gran mayoría de los casos la ciencia, años más tarde, certifica la veracidad de la sabiduría popular. Y es que hemos escuchado durante años las extrañas propiedades curativas de las ostras contra la resaca, pero hoy descubriremos los diferentes factores que pueden ayudar a este bivalvo a situarse en tan buen puesto como "remedio casero".
Para ponernos en situación vamos a enumerar los principales efectos de una noche desenfrenada en nuestro organismo y, a partir de ahí, iremos resolviendo paso por paso. Como casi todos sabemos, el hígado es el órgano responsable de eliminar el alcohol en sangre, y es ahí donde la enzima alcohol deshidrogenada trasforma el alcohol en acetaldehído. Pero este compuesto, hasta ser finalmente trasformado en acetiCoA, provoca las siguientes alteraciones:
- Deficiencia de la vitamina A, porque el acetaldehído interviene en su activación
- Disminución de zinc y hierro, ya que la enzima requiere de estos cofactores para catabolizar el alcohol
- Disminución de vitaminas del complejo B (B12, B6, B1, etc.). De hecho, la administración profiláctica que se suele emplear en urgencias es de vitamina B6.
Dicho esto, ¿por qué el marisco, sobre todo las ostras, tienen tan buena fama para curarnos la resaca? Si consultáis la ficha técnica de la ostra, podréis observar que su contenido en zinc y hierro son altísimos. También contiene vitamina B6 y gran cantidad de vitamina A.
Lo mismo ocurre con el erizo de mar, incluso con cantidades mayores en algunos componentes, y en el resto del marisco contiene la gran mayoría de estas vitaminas y minerales necesarias para poder sobrellevar mejor la resaca al día siguiente. Así que no lo dudes, si tienes a mano algunas ostras, acompañalas de una buena Guinness o sidra natural y encararás el día de otra manera.