El yodo es un elemento necesario para la producción de la hormona tiroidea, pero nuestro cuerpo no puede sintetizarlo, convirtiéndolo en un componente esencial en nuestra dieta. El yodo podemos encontrarlo en alimentos como la leche de vaca, el queso, el ajo, el marisco, el pescado (no de río) y sobre todo, en las algas marinas.
Antes de los años 20, la deficiencia de yodo era bastante común en áreas alejadas de la costa, dando lugar a enfermedades como el bocio (agrandamiento de la glándula tiroidea)hipotiroidismo (glándula tiroidea hipoactiva) y problemas en el embarazo (abortos, partos prematuros y anomalías congénitas en los bebés).
El tratamiento de la deficiencia de yodo, con la introducción de la sal yodada ha ayudado a reducir el número de casos en las zonas de alto riesgo. Por ejemplo, Andalucía, Asturias, Galicia y Castilla-León son las cuatro comunidades autónomas que han regulado el consumo de sal yodada en los comedores escolares.
Sin embargo, muchas otras partes del mundo no tienen suficiente yodo disponible en su dieta y su deficiencia continúa siendo un importante problema de salud pública. Según la Asociación Americana de Tiroides, aproximadamente el 40% de la población mundial continúa estando con riesgo de insuficiencia de yodo. España, según la Organización Mundial de la Salud, se considera un país con una óptima nutrición de yodo, aunque con ciertos niveles de insuficiencia.
En la siguiente tabla se pueden observar los diferentes grados de deficiencia de yodo según su ingesta.
Valores medios de yodo en la dieta | ||
Grado
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Ingesta de yodo
(μg/día)
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Concentración de yodo en orina (μg/L)
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Deficiencia severa |
<30
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<20
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Deficiencia moderada |
30-74
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20-49
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Deficiencia leve |
75-149
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50-99
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Óptimo |
150-299
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100-199
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Más que suficiente |
300-449
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200-299
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Posible exceso |
>449
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>299
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La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recomienda para la población en general, incluyendo a los niños en edad escolar, consumir un mínimo de 150μg de yodo al día. En el caso de mujeres embarazadas, se recomienda un consumo diario de yodo de entre 200-300μg.
A continuación se muestran las dosis recomendadas de consumo de yodo en función de la fase de desarrollo:
Consumo de yodo recomendado en las diferentes etapas de la vida
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Niños prematuros
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>30 μg/kg
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Niños < 6 años
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90 μg
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De 6 a 12 a años
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120 μg
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> 12 años y adultos
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150 μg
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Embarazo y lactancia
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200-300 μg
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Estas dosis diarias puede cubrirse introduciendo la sal yodada en nuestra dieta, aunque también podemos hacerlo con pescado, marisco y algas marinas. Por ejemplo, 100g. de almejas aporta 160μg de yodo, cubriendo la dosis diaria recomendada.
Pero en el caso de sufrir deficiencia de yodo, lo mejor es consumir algas marinas debido a sus altas concentraciones de este mineral:
Alga | Concentración de yodo (μg/100g) |
Kombu | 370000 |
Wakame | 9610 |
Espagueti de mar | 9240 |
Lechuga de mar | 850 |
Nori | 540 |
Como se indica en la tabla, el alga kombu destaca por sus elevadas concentraciones de yodo, una porción de 100g de este alga aporta 370g de mineral.
Pero como todo, no se recomienda abusar su consumo, ya que aunque resulta complicado, pueden darse síntomas de exceso de este mineral, provocando hipertiroidismo. Esto puede ocurrir en individuos con problemas de tiroides o individuos que viven en zonas con deficiencia de yodo.
Bibliografía:
- Folleto divulgativo sobre la deficiencia de yodo de la Asociación Americana de Tiroides
- 53 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición