Cuando Sal y Laurel era sólo una idea, empezamos a recopilar bibliografía que nos ayudara, sobre todo, con las fichas técnicas de cada producto y también del que poder extraer algún dato curioso. Pero pronto empezamos a descubrir algunos libros que no eran para nada una lectura técnica y si una amena lectura donde seguir aprendiendo.
Este libro en concreto lo compramos únicamente por la portada, sabíamos que no hablaba de Galicia, pero la ilustración de la portada era toda una premonición de lo que podíamos encontrar dentro.
El libro, publicado en 1952, narra el día a día de la pesca de distintas especies que se pueden (o podían) encontrar en la costa cantábrica, desde las quisquillas, percebes y angulitas, hasta bonitos, bacalaos y ballenas.
"Es pescador de los de grabado antiguo, con barbita, como si fuera uno de los pescadores del evangelio"
Especial hincapié haremos en el apartado de los percebes donde el autor dice “Por lo general, no son los hombres quienes van a pescar percebes; es demasiado peligroso. Ya es bastante que vayan mujeres y chicos. Suelen aprovechar las bajamares de las mareas vivas….. Las mujeres y los chicos saltan de peña en peña buscando las mejores pobladas”
"Importa llenarlo cuanto antes, porque la marea sube pronto y han de dejar plaza al agua"
La prosa costumbrista (y a veces bastante poética) del libro te hace pasar por los capítulos con interés por querer saber más sobre estas gentes de pueblos pescadores.
Sobre ellos el autor dice en su prólogo “los pescadores trabajan de luna a luna, pues no los gobierna el sol; y lo hacen con amor; ¡hay que verlos carnear una lancha o tejer un nudo!; si es ella, la tratan como a una novia; si es él, lo sacan limpio y exacto como una suma”
Os dejamos con varias de las ilustraciones que acompañan a cada uno de los capítulos de este libro que conocimos por casualidad y que no paramos de dejar a nuestros amigos.
"Salen los pescadores al anochecido, después de cenar, con la natural alegría que les da el cafetín e incluso la copa, si la costera es buena"
"El objetivo está logrado. La manjúa ha detenido su migración, y si no la ahuyentan las marsopas, al apuntarse el alba le echarán las redes"
"El bonito enganchado, a la vista ya, se debate feroz en terribles estrincadas; a cada tirón se resuelve furioso y muestra la tripa blanca, que reluce a dos aguas"
"La lancha ballenera seguía, a toda boga, el rumbo que le señalara el atalayero. Al acercarse al cetáceo, el arponero preparaba su arma sujeta por la estacha que había de darles remolque si lograba cazarlo."
* Actualización: Gracias a los amigos de Loreak Mendian, hemos sabido que el autor del libro, Mariano Ciriquiain-Gaiztarro, es el abuelo de uno de los fundadores de dicha marca.