Goliardo

¡Por qué en las Rías Baixas hay tintos! Y menudos tintos.

El Caiño es una variedad autóctona que, en este caso, elaboran Rodrigo Méndez y Raúl Pérez en este maravilloso vino.

Es perfecto para acompañar cualquier producto de mar, pero tiene potencia y acidez para pelearse con platos mucho más contundentes.

Es un vino complejo, directo, largo, diferente. Es un gran vino y no me importa decirlo. Confío en esta zona, en esta variedad y en el respeto con el que se trata en esta botella por estos cracks.

Tras 12 meses de crianza en barrica, la madera no te la llevas a casa como ocurre en muchas ocasiones. Se integra perfectamente y hace de éste, un vino para descorchar uno tras otro, y dormirte escuchando las historias que las gentes de Meaño se han contado entre estas viñas durante décadas.

No compres sólo una botella, compra más, guarda alguna, y en unos años te sorprenderás de nuevo con este vino.  

Este vino, como los gallegos, no se sabe si va o viene.

*Nota de cata y selección hecha por Juanjo Figueroa Treus